¿Por qué la navidad es tan maravillosa? ¿Qué hace que dejemos el piloto automático y disfrutemos aquello que aborrecemos durante el resto del año?
No nos digamos mentiras. Que por más que detestemos los centros comerciales llenos, las filas en las cajas, las esperas en el parqueadero o las tardanzas en Amazon, diciembre nos regocija con la decoración, con las caras de felicidad de los niños, con el volver a vernos.
El espíritu de la navidad se toma el ambiente. Y la agenda se llena de compromisos. ¡Por que es navidad!, dicen algunos. ¡En navidad está todo permitido!, dicen otros.
Lo cierto es que ambos tienen razón: En este tiempo aparece lo más humano de lo humano: las emociones, esas mismas que reprimimos de enero a noviembre.
Entre compras, reuniones y cajas de recuerdos vamos construyendo memorias. Memorias que alimentarán los recuerdos de las navidades futuras.
Este año vamos a homenajear ese espíritu que, inexplicablemente y a pesar de todas las adversidades, nos devuelve por un tiempo la dicha.
Porque al final, el espíritu se construye a través de emociones que se hacen presentes a través de momentos. Nuestras colecciones van a evocar esos sentimientos de alegría y unión fraternal que tanto se identifican con esta época del año.